Mutilación_genital

El 6 de febrero se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, una práctica que, según denuncia la Organización de las Naciones Unidas (ONU), constituye “una forma extrema de discriminación contra mujeres y niñas” y “viola sus derechos a la salud, la seguridad y la integridad física”, así como el derecho a no ser sometidas a “torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes” e, incluso, el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.

La ONU define la mutilación genital femenina (MGF) como todos los procedimientos consistentes en alterar o dañar los órganos genitales femeninos “por razones que nada tienen que ver con decisiones médicas”. Esta práctica está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas y afecta, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a 140 millones de niñas de todo el mundo. Sólo en África, 70 millones de niñas y mujeres han sido sometidas a la ablación según datos de UNICEF, que advierte que en los últimos años esta práctica ha aumentado en Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos a consecuencia de la inmigración procedente de África y Asia.

La ablación se practica para eliminar la sexualidad femenina, también porque se cree que los genitales son sucios y antiestéticos, y porque simboliza el rito de iniciación de las niñas en la edad adulta. Además, se piensa que la mutilación genital es un precepto religioso. En todos los casos, se trata de un procedimiento que provoca daños irreparables (contagios de enfermedades, infecciones agudas, infertilidad, relaciones sexuales dolorosas y complicaciones durante la gestación).

Para poner fin en todo el mundo a la práctica de la mutilación genital femenina, uno de los objetivos marcados en la ‘Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible’, la ONU destaca que es necesario realizar “esfuerzos sistemáticos y coordinados” que involucren a las comunidades enteras, que se enfoquen en los derechos humanos y en la igualdad de género. Con ese fin, la línea de trabajo marcada para 2017 es “construir un puente sólido e interactivo entre África y el mundo para acelerar la erradicación de la mutilación genital femenina antes del 2030″.