IRSE da forma a su nuevo Plan de Movilidad Sostenible
El Instituto de Reintegración Social de Euskadi (IRSE-EBI) ha comenzado a dar forma a un nuevo Plan de Movilidad Sostenible, para fomentar la utilización de métodos de transporte que sustituyan los vehículos a motor entre sus empleadas y empleados. “Desde hace más de 30 años, para tratar de mejorar la calidad de vida de nuestras personas usuarias y, al mismo tiempo, de nuestro entorno, de la sociedad. En este ámbito, queremos dar un paso más allá y ampliar nuestro abanico de influencia apostando por el bienestar de trabajadoras y trabajadores, a la par que del medio ambiente”, explicaban desde la entidad.
De la mano de Cycling Friendly Movility, IRSE pretende ir dando pequeños pasos para instaurar nuevos hábitos de desplazamiento más saludables, ecológicos, económicos y seguros entre su plantilla, como por ejemplo fomentando el uso de la bicicleta. En primera instancia, la institución ha llevado a cabo una encuesta con el fin de conocer las costumbres diarias de sus personas empleadas a la hora de dirigirse a sus centros de trabajo. Entre otras acciones, IRSE instalará colgadores para bicicletas y, de manera progresiva, espera poder dotar sus instalaciones con nuevas herramientas para fomentar su utilización y, en un futuro, la sustitución de los vehículos a motor.
Ventajas de la movilidad sostenible
La utilización de medios como la bicicleta supone una larga lista de ventajas las cuales beneficiarían a las personas usuarias, a la entidad y al medio ambiente, ya que se trata de un medio saludable y sostenible, ergonómico, silencioso y económico. Asimismo, el uso de la bicicleta supone una importante reducción de emisiones de CO2, los costes de los desplazamientos, los accidente ‘in itinere’, la accesibilidad del centro de trabajo, así como una notable mejora en aspectos como la salud cardiovascular, aumento de la puntualidad y la productividad. Por otro lado, el cese del uso de los vehículos a motor traería consigo varias mejoras, vistas las consecuencias que genera: contaminación, exclusión social y laboral, ruidos, accidentes… Hoy en día, el 64% del petróleo se destina al transporte y el 23% de las emisiones de CO2 pertenece a los vehículos urbanos. El 30% de los desplazamientos diarios son para acudir al centro laboral y el 63% de los mismos se da en coches con un solo pasajero.